El FBI detiene a hackers que financiaban a un grupo terrorista saudí

La detención de los hackers ha sido fruto de una operación que comenzó con una denuncia de la operadora AT&T. La operadora acudió al FBI para solicitar la investigación sobre intervenciones en los servicios que prestaba a parte de sus clientes. Miembros del FBI atendieron a la denuncia de AT&T y descubrieron que un grupo de hackers estaba manipulando la conexión de la operadora en parte de sus usuarios para llevar a cabo un fraude.

Según el FBI, los hackers intervinieron los sistemas PBX (centralita interna en empresas) para realizar su estafa. Este tipo de estafas suelen producirse cuando los hackers consiguen introducirse de forma remota en los sistemas de centralita de las empresas para así poder realizar llamadas a coste de la empresa. Normalmente los sistemas PBX permiten que los técnicos puedan tener acceso remoto a los sistemas para poder solucionar incidencias o realizar comprobaciones.

De esta forma, utilizando el acceso remoto, los hackers consiguieron recaudar 2 millones de dólares haciendo llamadas internacionales a número de tarificación espacial. Según las investigaciones, los hackers realizaban estas llamadas y después enviaban el dinero recaudado a un grupo terrorista saudí al que se atribuye un atentado en Mumbai hace tres años.

El FBI colaboró con la policía de Filipinas para llevar a cabo los arrestos. Durante la operación, los agentes han conseguido incautar distintos equipos de los hackers y otros sistemas de telecomunicación que presuntamente habían utilizado para realizar la estafa. Durante los registros, los agentes también han conseguido información sobre operaciones bancarias que definitivamente vincula a los detenidos con el grupo terrorista saudí.

Fruto de la operación, se ha detenido a cuatro personas, que supuestamente forman el grupo hackers detrás de toda la operación. La policía filipina ha sido la responsable de los arrestos ya que los individuos se encontraban en Manila y actualmente están a disposición de las autoridades del país. Se trata de un nuevo caso de colaboración del FBI con cuerpos de seguridad de otros países para la detención de un grupo hacker, como ya ocurrió hace algunas semanas en una operación contra un grupo en Estonia.