Infraestructuras críticas: si lo son, lo son por algo
No importa el tamaño del servicio ni el de la empresa que lo preste. Si de él o de ella depende algún servicio crítico para la infraestructura de una sociedad, país o compañía, revisar sus sistemas de seguridad es una prioridad absoluta.
La información es vital. No por el valor en sí que tienen los datos, que es mucho, sino también por todo lo que conlleva. La información revela mucho acerca de una empresa o de una persona y eso, según su importancia, puede llegar a costar mucho, muchísimo dinero.
Existe un escenario en el que los servicios requieren una tipología de infraestructura caracterizada por su máxima seguridad. Claro que, ¿qué es una infraestructura crítica? La Ley PIC (Protección de Infraestructuras Críticas) las considera “aquellas que proporcionan servicios esenciales cuyo funcionamiento es indispensable y no permite soluciones alternativas, por lo que su perturbación o destrucción tendría un gran impacto sobre los servicios esenciales”.
Una vez establecida la definición, es importante saber que existe una realidad actual que contempla un escenario para echarse a temblar. En solo tres años, los ciberataques contra infraestructuras críticas del Estado han pasado de 17 a 134, y en 2016, según prevé el Ministerio de Industria, la cifra se aproximará a los 300.
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