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La identificación de amenazas tiene que tener más presencia en los presupuestos de seguridad

Un estudio de la Universidad de Cambridge sugiere que los Gobiernos deben aumentar los presupuestos destinados a identificar delitos en la Red. Actualmente la mayor parte de los presupuestos para ciberseguridad se concentran en la contratación de sistemas antivirus, dejando pocos recursos para el control y la identificación de ciberamenazas.

Actualmente las actividades delictivas en la Red no paran de aumentar. Cada semana aparecen nuevos datos de robo de datos, de vulneración de sistemas y de ataques contra todo tipo de redes. Las compañías y los gobiernos de todo el mundo luchan contra esta situación, pero su estrategia podría no ser la adecuada.

Un estudio de la Universidad de Cambridge del que se hace eco la BBC mantiene que hay que realizar un cambio de enfoque en los recursos que se destinan a la lucha contra el cibercrimen. Los investigadores han encontrado que prácticamente la totalidad de los recursos establecidos en los presupuestos se destinan a la contratación de antivirus y sistemas de seguridad. Sin embargo, en los presupuestos no hay prácticamente ningún fondo para fomentar el control de Internet y las redes corporativas.

De esta forma, se invierte en contratación de sistemas de protección pero no en fomentar la persecución de los cibercriminales. De esta forma, el reto para los hackers es superar las barreras impuestas, no esconderse de la persecución. Según los datos del estudio de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido se invirtieron 640 millones libras en la lucha contra el cibercrimen, de los cuales solo 10 millones fueron para controlar el respeto a las normas.

seguridadLos investigadores consideran que esta estrategia es errónea, ya que hace que los agentes de seguridad lleguen tarde a la hora de detener a los ciberdelincuentes. La falta de medios hace que las personas que luchan contra el cibercrimen, en empresas y a nivel gubernamental, estén en desventaja.

Teniendo en cuenta que hay grupos organizados de ciberdelincuencia, la desactivación de estos grupos repercutiría de forma directa en el volumen de ataques y delitos, lo que haría que la inversión fuese productiva de forma evidente. De esta forma, se recomienda un mayor equilibrio entre la contratación de sistemas de protección y los recursos destinados a la persecución del cibercrimen.



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