Seguridad

El papel decisivo de la seguridad en los pagos 'contactless'

Las entidades de medios de pago trabajan contrarreloj para ofrecer a sus clientes los monederos virtuales más competitivos, de forma que las tarjetas de crédito, débito y prepago y, por supuesto, los teléfonos móviles, puedan comunicarse con estos TPV contactless.

Pagos con tecnología Contactless - UniversalPay

Con más de 11 millones de tarjetas contactless, con un número que supera ampliamente el medio millón de terminales para efectuar transacciones sin contacto, con casi un 90% de población adulta con al menos una línea móvil, y una penetración de smartphones entre ellos que alcanza el 87%, España es el país de Europa con la mejor infraestructura tecnológica para la realización de este tipo de pagos. Esta amplia red de implantación, que por el momento contrasta con su tibia popularización entre los ciudadanos, es más notoria en las grandes ciudades.

Es dentro de la red de servicios de estas urbes donde principalmente se están instaurando los pagos electrónicos sin contacto, ya que cada vez son más los establecimientos comerciales que ven la obligación de adaptarse a la comodidad, la rapidez y la seguridad que demanda la sociedad urbana del siglo XXI. Sobre todo en las operaciones de bajo importe, en la que la tecnología contactless puede hacer que la necesidad de llevar cambio o de comprar abonos para los transportes públicos se convierta en algo del pasado.

Para que, efectivamente, esto sea un hecho y su implantación sea definitiva a lo largo y ancho del tejido comercial nacional, es necesario que los proveedores de este tipo de servicios potencien la seguridad que los pagos electrónicos conllevan y que, sin embargo, las creencias populares, los bulos y la falta de conocimiento en este sentido han provocado reticencias de uso entre los clientes.

Por ello, las entidades de medios de pago trabajan contrarreloj para ofrecer a sus clientes los monederos virtuales más competitivos, de forma que las tarjetas de crédito, débito y prepago y, por supuesto, los teléfonos móviles, puedan comunicarse con estos TPV contactless a través de la tecnología NFC, que intercambia y transmite la información mediante una señal de radio entre la tarjeta o el móvil y el terminal.

Las operaciones contactless se procesan a través de las mismas redes seguras que los pagos con tarjetas convencionales de chip y número PIN. Los pagos sin contacto realizados con teléfonos móviles también tienen características de seguridad similares. Además, para mayor control, el proveedor de servicios de pago establece y comunica al usuario el importe máximo que puede gastar sin necesidad de verificación con número PIN, número secreto de teléfono móvil o huella dactilar.

De hecho, si bien los pagos de bajo importe efectuados con tarjeta de pago sin contacto no suelen requerir un número PIN, tras un número determinado de operaciones se solicitará al usuario que introduzca su PIN en el terminal del punto de venta para comprobar su identidad e impedir el fraude. Además, en todas las operaciones que superen el límite establecido, el usuario ha de introducir su PIN o el número secreto de su teléfono móvil, o bien usar el lector de huella dactilar de su móvil.

En este sentido, cabe señalar que la legislación europea limita la responsabilidad del usuario por pagos fraudulentos o no deseados a 150 euros, y está previsto que este importe se reduzca antes del final de enero de 2018. La legislación nacional puede prever una mayor protección al usuario. Asimismo, los proveedores de servicios de pago pueden ofrecer a sus clientes una protección mayor o total frente a la responsabilidad por fraude. 

Es muy poco probable que se produzca una duplicación de los pagos en el terminal del punto de venta, dado que debe ser activado para cada operación por el cajero del establecimiento o por el usuario en un terminal automático. Asimismo, el riesgo de iniciar inadvertidamente un pago sin contacto no deseado en el terminal de un comercio es mínimo, puesto que la tarjeta o el móvil han de mantenerse a pocos centímetros del terminal.

Es evidente que existen otras medidas razonables que el usuario debe adoptar, pero se trata, lógicamente, de precauciones que se deben tener con cualquier tipo de documento o información sensible, como mantener en todo momento el número PIN, el número secreto del móvil y cualquier otra clave relacionada en lugar seguro. Y, por supuesto, en caso de pérdida o sustracción de la tarjeta o del móvil es recomendable informar lo antes posible al proveedor de los servicios de pago (por ejemplo el banco o el emisor de la tarjeta).

Desde luego, con una infraestructura tecnológica tan consolidada como la que tiene nuestro país en transacciones contactless, solo queda aunar sinergias entre todos los activos que participan del proceso: con la inversión en seguridad de pagos electrónicos que las entidades de medios de pago están llevando a cabo en los últimos tiempos, la eliminación de largas colas en comercios por la rapidez de este tipo de transacciones, y la comodidad que para el consumidor supone acercar el monedero o el teléfono al terminal, en pocos años los ciudadanos recordarán la acción de pasar la tarjeta por el TPV como algo más propio del siglo XX.

El artículo ha sido realizado por Pablo Nebreda, director de Marketing de UniversalPay



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