Europa avanza en el uso de la biometría como método de autenticación

La adopción de las tecnologías biométricas es ampliamente asequible hoy en día. Por ello, las organizaciones europeas, en especial de los países del centro y este del Viejo Continente, están empezando a considerar esta tecnología como una buena solución para fortalecer los métodos de autentificación. Así lo indica el análisis The Benefits of Biometric Security for CEE Organizations, realizado por IDC, que sigue a la predicción realizada por la consultora en su informe global Worldwide IT Security Products and Services Futurespace, el cual dice que en 2020 una cuarta parte de todas las transacciones electrónicas en todo el mundo serán autenticadas biométricamente. Pero el informe va más allá y hace hincapié en que la autenticación es sólo un elemento más de la creciente revolución biométrica. 

IDC cree que gracias a la adopción de la biometría y al crecimiento del mercado surgirán nuevos puntos de conexión, serán adoptados nuevos estándares y las organizaciones encontrarán maneras para lanzar aplicaciones basadas en esta tecnología. Esto generará a las empresas oportunidades para que mejoren sus seguridad, además de que ayudará a que los proveedores y expertos puedan ofrecer consultoría a sus clientes acerca de esta nueva tecnología.

Principales desafíos

El uso de la tecnología biométrica en las aplicaciones de las empresas es uno de los grandes retos que IDC menciona en su estudio, además de los derivados de la privacidad de los datos, es decir, cómo y dónde se almacenan estos datos biométricos y hasta qué punto se usan y procesan de forma segura. No hay que olvidar que la regulación de protección de datos de la UE califica los datos biométricos como “sensibles”, de forma que deben ser tratados de forma separada a otra información y tienen también que tener un nivel más elevado de protección, algo sobre lo que las empresas deben ser conscientes.

"Muchas de las barreras para la adopción de autenticación biométrica se deben a los costes", dice Mark Child, responsable de la Seguridad de la región de Europa Central y del Este en IDC. "Las empresas están buscando un equilibrio entre los costes que tienen los sistemas biométricos y los que tienen los sistemas antiguos de autenticación para inclinar la balanza a favor de la biometría. Esto no ha ocurrido en una escala amplia todavía, pero el mercado se está moviendo hacia ese punto".