Ciberseguridad

Hacia una ciberseguridad centrada en las personas

Fabiano Finamore, director general de Forcepoint para Iberia, propone evolucionar las políticas de seguridad para que estén centradas en el factor humano, uno de los principales motivos de riesgo en las organizaciones.

Fabiano Finamore, Forcepoint
Fabiano Finamore, director general de Forcepoint para Iberia.

 

A la hora de gestionar la ciberseguridad en una organización es preciso mirar toda la película, no solo una foto”. Con este representativo ejemplo dado en el marco de IDG Security Day expuso Fabiano Finamore, director general de Forcepoint para Iberia, su visión sobre cómo tiene que ser la estrategia de seguridad de la información corporativa. Una estrategia que debe abandonar la visión tradicional y centrarse, por fin, en el factor humano. “No hay que olvidar que el 50% de los ataques se producen por errores humanos”, recordó el directivo, para quien es vital disponer de una estrategia adaptativa en ciberseguridad, capaz de cambiar en función de las necesidades de la organización y de establecer nuevas reglas según los riesgos que vayan emergiendo. “El tiempo en la ciberseguridad es importante”, sentenció.

En un momento en el que es “preciso acelerar la respuesta a incidencias”, en el que el auge de los datos y el modelo cloud de suministro de TI son una realidad y en el que “los presupuestos en seguridad de la información están al alza”, no queda otra que “trabajar en ciberseguridad mirando al futuro”, según el experto. “Nuestra visión en Forcepoint es apostar por una ciberseguridad centrada en las personas; por ello hemos integrado en nuestra arquitectura el factor humano y la hemos llamado Human Point System”.

Integrar el dato y el perímetro es otro factor clave. “El flujo de datos pasa por el perímetro. Hay que hacer una gestión total de éste, pensando en el insider, la persona que está dentro del sistema, que puede cambiar su comportamiento y acabar extrayendo datos de la empresa”. En definitiva, la seguridad del futuro supone comprender las intenciones de las personas que interaccionan con los datos críticos allá donde se encuentren. Y esto no es más que abordar una política de seguridad de la información “personalizada y pensando en la protección de los usuarios, que integre el mundo del dato y el comportamiento anómalo de los usuarios”, en palabras de Finamore.
 



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