Reglas para mantener a salvo cualquier dispositivo IoT
La compañía de seguridad Avnet nos ofrece una serie de recomendaciones para mantener protegido cualquier dispositivo IoT que esté dotado de conectividad y conexión a la red. Han sido los últimos en llegar al ecosistema de movilidad y pueden exponer seriamente los datos y la seguridad de una compañía.
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Existen cuatro reglas básicas que deben ser aplicadas dentro de una estrategia de IoT, tanto a nivel particular, como en el caso de dispositivos que formen parte de organizaciones o una infraestructura. Desde la compañía Avnet sugieren su puesta en práctica si queremos minimizar las posibilidades de que puedan verse comprometidos junto con otros sistemas, datos e infraestructura de la compañía. La consultora Gartner estima que para 2020 habrá más de 25 mil millones de dispositivos de este tipo conectados, por lo que se hace necesario poner en práctica una serie de reglas básicas.
Definir contraseñas
Desde el punto de vista de los hackers, cualquier conexión a Internet es una oportunidad de romper las defensas de la red, ya estemos hablando de un ordenador PC, tableta o termostato. Es por este motivo por lo que todos los dispositivos IoT y aplicaciones que se ejecutan, necesitan estar securizados con una contraseña.
Cambiar la contraseña de fábrica
Como ya viene siendo habitual en los router inalámbricos o cualquier dispositivo, cambiar la contraseña que el fabricante proporciona de serie puede ahorrarnos algún que otro disgusto, además de aprovechar para hacer que sea más fuerte de lo habitual. El fabricante suele incluir un código alfanumérico no muy enrevesado con el fin de facilitar al usuario su uso para introducirlo en cada dispositivo añadido a la red.
Software actualizado
Es una premisa que ya aprendimos con los sistemas operativos de los equipos, como Windows y Mac OS X, y que debe ser trasladada al resto de dispositivos con inteligencia. Los fabricantes, habitualmente detectan agujeros de seguridad y la única forma de poder corregir dichas situaciones es con la actualización del firmware del dispositivo. Una vez que éste se encuentra en nuestras manos, es la única forma de poder actualizarlo y corregir dicho problema.
Un IoT también es un ordenador
Quizás pensamos que un hacker tiene poco que ganar por hacerse con el control de una pulsera de fitness. Pero cuando está conectada a la red, todos los demás dispositivos y datos establecen un vínculo de confianza que puede resultar fatal para el robo de información. Hay que tratar a cualquier sensor conectado a la red, como si de un nuevo PC se tratase. Es la única forma de incrementar la seguridad de toda la red.