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A fondo formación personal de ciertos indivi- duos que permitía identificarlos ante las masas y hacerles susceptible de ataques (un reciente ciberataque informaba de detalles como el DNI de agentes de la Policía Nacional o en EE.UU. se señaló públicamente a una víctima de una vio- lación conocida). En otros casos se ha atacado a empre- sas que han colaborado con el espiona- je masivo de ciudadanos, o también re- cientemente un conocido grupo declaró la guerra digital al DAESH tras el tiroteo de Orlando contra la comunidad homo- sexual. “El hacktivismo es uno de los pro- blemas que numerosas empresas y or- ganismos públicos tienen encima de sus mesas, no solo a nivel europeo sino a nivel internacional”, señala Javier San- tos, director en el área de IT Advisory en KPMG España. Los fines de estos grupos varían: “Existen grupos que lanzan cibe- roperativos para luchar de forma ciber- nética en operaciones contra el terroris- mo, la pornografía infantil, lucha contra gobiernos y grupos políticos, empresas que consideran que no actúan de acuer- do a sus criterios...”. Los ataques suelen concentrarse en tres tipos (aunque no son los únicos): el CSO ESPAÑA “ El ‘hacktivismo’ es uno de los problemas que numerosas empresas y organismos públicos tienen encima de sus mesas, no solo a nivel europeo sino a nivel internacional” Javier Santos, director en el área de IT Advisory en KPMG España primero son los ataques de DDoS, con los que intentan denegar los servicios web de sus objetivos. El segundo son los defacements, que consisten en alterar el aspecto visual del sitio web de su obje- tivo para colocar en su lugar una imagen o texto para colocar uno de sus comu- nicados. Y el tercero es el robo de infor- mación para exponerla de forma públi- ca, según explica el director en el área de IT Advisory en KPMG España. Repercusiones dentro de la empresa No son pocos los problemas que puede acarrear un ataque hacktivista a una compañía. Por un lado está la pérdida de confianza de los clientes, la reputa- ción que cae ante los ojos del sector, y con ellas una pérdida económica inevi- table. Suelen atacar donde duele, por lo que en muchos casos un canal de venta im- portante de la empresa queda inutiliza- do; ahora, en la era de la transforma- ción digital, es más fácil para cualquier hacker provocar el caos en una compa- ñía desde otro ordenador. Y en muchos casos no vienen solos estos problemas, en otros casos acom- pañan reclamaciones legales (y posi- bles multas económicas) al haberse hecho pública información privada que puede pertenecer a clientes. Todo los posibles resultados tienen secuelas económicas reflejadas en las repara- ciones del daño ocasionado y la re- construcción (o construcción, depen- diendo del caso) de las medidas de contingencias adecuadas para asegu- rar las webs o aplicaciones online, se- gún explican desde la consultora espe- cializada en TIC IDC España. ¿Cuál es la situación europea? José Antonio Lorenzo, director general de IDC España, explica que para los grupos enmarcados en el hacktivismo, las fronteras ya no son un problema, sino todo lo con- trario, ya que pueden realizar sus ataques desde cualquier lugar del mundo y no ver- JULIO 2016 | CSO