Cultura de la ciberseguridad, las empresas españolas necesitan mejorar

Defender los sistemas informáticos de una empresa en tiempos de teletrabajo y de repunte de las llamadas ciberamenazas pasa por la aplicación de servicios y herramientas de seguridad certeros que permitan detectar y responder a los incidentes. Pero tan importante como acudir al mercado es crear una cultura de ciberseguridad transversal que empape a todos los trabajadores; desde el consejo de administración hasta llegar al último escalón piramidal. Sin embargo, la empresa española suspende en este ámbito. Según un estudio de la consultora PwC, el 86% de las compañías locales carece de un plan cultural entre sus empleados. Definiendo la cultura como “los conocimientos, hábitos, percepciones, actitudes, normas y valores de las personas en relación con la seguridad cibernética y la forma en que se manifiestan en el comportamiento de las personas con las tecnologías de la información”, el informe señala que, de estos valores, nos encontramos en un estadio bastante inicial, otorgando una puntuación 2,8 sobre cinco. 

Esto implica un amplio margen de mejora y que los procesos para llegar a la excelencia cultural deben acelerarse. No obstante, por tipología de empresas encontramos varios niveles. Las organizaciones con más de 10.000 empleados cuentan con una mayor cantidad de recursos y herramientas, así como un mayor grado de exposición a los riesgos y amenazas derivados del factor humano, del que se vale el 95% de los ciberataques actuales. Además, éstas tienen más ingresos tanto para manejar la seguridad como para cumplir con la legislación, certificar sus soluciones y abrir procedimientos internos. Estas grandes cuentas, que acceden a un notable alto en cultura, abundan, sobre todo, en Madrid y Cataluña. Por contra, las pymes se encuentran a la cola de la clasificación. “Una cultura de ciberseguridad ayuda a hacer entender que las recomendaciones de seguridad de la información son una parte integral del trabajo y la conducta de los empleados, incorporándola en sus acciones diarias. Adaptar el enfoque correcto permite que la cultura se desarrolle naturalmente a partir de los comportamientos y actitudes de las personas y como parte de un espectro más amplio corporativo”, reza el documento.