Biometría de nueva generación: baluarte ante los ataques de ‘malware’ orquestados desde la IA

La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una de las tecnologías más populares de los últimos tiempos. Desde la irrupción de ChatGPT, han sido muchas y muy dispares las propuestas para aplicar una IA todavía en desarrollo a diversos ámbitos profesionales y de negocio empresarial. Precisamente es este avance irrefrenable el que ha dado alas a unos ciberdelincuentes que se aprovechan del uso de esta tecnología para maximizar su éxito en cada uno de los intentos de ataque. En este sentido los piratas informáticos aprovechan la IA para encargar campañas orquestadas de phishing, robo de datos y búsqueda de vulnerabilidades de sistemas que hasta ahora requerían de más tiempo de planificación y puesta en marcha. En consecuencia, los ataques están aumentando preocupantemente y se están volviendo más imprevisibles y difíciles de detectar. Algunos informes especializados, como el recientemente lanzado por Check Point, aseguran que los ciberataques mundiales aumentaron un 38% interanual en 2022, siendo las previsiones para este 2023 todavía peores.

En un escenario en el que mantener la integridad de nuestra identidad digital se ha convertido en una ardua tarea que llevar a cabo, VU, la compañía global de ciberseguridad especializada en la protección de la identidad digital y la prevención del fraude, brinda una propuesta con un marcado carácter propio. Su valor diferencial radica en la combinación de una biometría exacta de los parámetros físicos reales de una persona (huella retinal, reconocimiento facial del rostro o el tono y la modulación de la voz) con la geolocalización del usuario y el análisis de su comportamiento basado en el machine learning.

Este proceso de autenticación continuo, en el que el usuario es visto como un todo en su conjunto de atribuciones, en vez de un grupo de credenciales heterogéneas esparcidas por diferentes webs y aplicaciones, cada una con diferentes niveles de seguridad, permite seguir identificando los valores verificados que acreditan una identidad digital veraz, mientras los hackers buscan enmascarar sus operaciones y autorías detrás de falsas identidades generadas con gran esmero por procesos de inteligencia artificial.

Discernir entre lo real y lo imaginario

En palabras de Sebastián Stranieri, fundador y CEO de la firma, “ahora que están proliferando los avatares de nueva generación que en realidad no existen y que son desarrollados por IA, las compañías tienen que saber diferenciar mejor que nunca la veracidad de lo inventado. Hasta ahora parecía una labor más sencilla, pero el acceso de las nuevas tecnologías a un sinfín de información online con la que construir fotografías, perfiles personales, voces que pueden articular frases enteras e incluso vídeos en alta definición totalmente inventados, está provocando la duda de muchos sistemas de gestión y reconocimiento de datos en la Web”. En este sentido, insistía, “tanto los ciudadanos a través de la Administración Pública como los usuarios de cualquier compañía deben saber en todo momento que su identidad digital está a buen recaudo, que ninguno de sus datos ha sido utilizado por una IA en manos de ciberdelincuentes y que sus gestiones en el ciberespacio están siendo dirigidas a fuentes fiables”.