Criptomonedas, una 'mina de oro' para el cibercrimen
El anonimato y la facilidad para ‘hackear’ divisas virtuales han hecho de este nuevo panorama todo un mercado negro. De la especulación y el cibercrimen.

Presumía de transparencia, seguridad y eficiencia. Pero, hecha la ley, hecha la trampa; los cibercriminales han sabido cómo revertir la situación de blockchain, la tecnología subyacente a las criptomonedas, y ‘asaltar la banca’. Criptojacking, manipulación de los valores en Bolsa, transacciones ilícitas para no dejar rastro… En resumen, todo un arsenal de posibilidades que han hecho de este fenómeno una nueva oportunidad para los ‘malos’. Tanto es así que en pocos meses el criptojacking, que se basa en el secuestro de dispositivos para practicar la minería de criptomonedas, ha pasado de representar el 8% de los ciberataques globales a un 15% en la actualidad superando, incluso, al tan temido ransomware, según un estudio de Sophos. Y, para más inri, otro estudio de la multinacional CipherTrace asegura que se han robado cerca de 1.200 millones de dólares en criptomonedas desde 2017.
Para entender la tendencia es necesario aterrizar cuales son los peligros de las criptomonedas que tanto han impactado a empresas y sociedades, deslumbradas por el poder de su máximo exponente, bitcoin. Para empezar, destaca Alberto Bellé, analista principal de IDG Research, estas divisas virtuales tienen interés como monedas auxiliares, pero no podrán ser nunca aceptadas como oficiales en ningún país. “Las autoridades perderían el control sobre su evolución. Todas las políticas de tipo de cambio o el concepto de tipo de interés aquí no tienen sentido”, subraya. “Es decir, solo llegarían a cubrir algunos aspectos de la función de la moneda tradicional.
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