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Un nuevo sistema de voto a prueba de ataques que acoraza el sistema electoral

Investigadores del VRAIN-UPV idean un nuevo sistema electrónico que no requiere de ningún tipo de cifrado y que, además, aseguraría “en todo momento” la privacidad de los electores. Así lo han logrado.

investigador voto electoral
Damián López, investigador a cargo de la nueva tecnología de voto electrónico.

La tecnología se pone al servicio de la democracia blindando los procesos electorales. Un equipo de investigadores del Instituto Universitario Valenciano de Investigación en Inteligencia Artificial (VRAIN) dependiente de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) ha ideado un nuevo sistema de voto electrónico. La disrupción de este proyecto radica en que no requiere del cifrado del mismo y asegura “en todo momento” la privacidad de los electores. De esta manera podría comenzar a aplicarse muy pronto en elecciones generales, votaciones privadas o para la toma de decisiones en entornos distribuidos. Sobre su implementación, el investigador de la UPV asegura que el sistema se ha probado ya formalmente y podría desarrollarse ya una solución técnica.

 

Resultados justos sin comprometer la privacidad

Hasta el momento, detalla Damián López, investigador del VRAIN, es habitual ver cómo la mayoría de sistemas de voto recurren a algunos algoritmos criptográficos para proteger la integridad y la privacidad del voto. En este sentido, dentro de los sistemas de voto puramente electrónicos se pueden diferenciar cuatro grandes grupos: los que emplean firmas ciegas para proteger el voto; aquellos que recurren a la criptografía homomórfica para aglutinar votos sin conocer su contenido; los que usan firmas en anillo para proteger la identidad del usuario; y, finalmente, aquellos basados en tecnología blockchain para asegurar que el proceso sea público y descentralizado. Todas estas opciones, comenta, recurren a la encriptación del voto y, debido a ello, cualquier ataque actual o futuro que pudiera plantearse a los protocolos de cifrado implicaría una debilidad y pondría en riesgo la privacidad del electorado.

Ahora, sin embargo, mediante el sistema que han desarrollado, se “implica a todos los agentes en una elección como garantes de la votación, recibiendo de los electores fragmentos de las papeletas emitidas, siendo incapaces por sí solos de desvelar el sentido del voto y debiendo colaborar en la reconstrucción de cada papeleta”. El protocolo garantiza así que “todas las personas puedan comprobar, una vez publicado el escrutinio, que los votos fueron contabilizados en el sentido en que fueron emitidos”, explica López. 

Además, el sistema del Instituto VRAIN de la UPV cumple con dos propiedades esenciales para el voto electrónico: garantiza que un votante no pueda votar más de una vez y asegurar que el resultado de la elección sea justo sin comprometer la privacidad individual de los electores. “Independientemente de la capacidad computacional disponible, es imposible conjeturar cuál ha sido el voto, incluso en un escenario post-cuántico. Nuestro sistema garantiza en todo momento la seguridad, verificabilidad y auditabilidad de los resultados, sin comprometer en ningún momento al electorado”, incide el investigador.



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