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Preocupa la seguridad de las tarjetas contactless

Aunque las tarjetas contactless hacen que el proceso de compra sea mucho más rápido, aumentan el nivel de venta y disminuyen las largas colas que se producen en los establecimientos, también pueden ser una gran fuente de posibles víctimas para los delincuentes.

MasterCards ContactLess

Las tarjetas contactless funcionan con la tecnología NFC, poseen un microchip integrado y una antena que responde a las órdenes del terminal de pago mediante una gama de frecuencia de 13.56 MHz. El alcance en la transmisión NFC es muy corto, por lo que la primera línea de defensa es física. El lector, en esencia, debería encontrarse al lado de la tarjeta, por lo que no se podría hacer de forma clandestina. Además, se podría montar un lector personalizado para operar a largo alcance, según Kaspersky Lab.

Este tipo de dispositivos tiene la capacidad de gestionar solicitudes de tarjetas contactless en entornos públicos, como centros comerciales, aeropuertos y otros lugares concurridos. En muchos países, las tarjetas compatibles con NFC están en todas las carteras, por lo tanto, los lugares con mucha masificación de gente pueden ser una gran fuente de posibles víctimas para los delincuentes. Y es que actualmente ya no se necesita una proximidad física o un escáner personalizado para realizar un ataque.

El cifrado es la primera defensa de este tipo de tarjetas. Las transacciones contactless están protegidas por el mismo estándar EMV que protege a las tarjetas de pago tradicionales que están equipadas con un chip EMV. Las bandas magnéticas son fáciles de clonar, a diferencia de los chips. Al recibir una solicitud de un TPV, su chip interno genera una clave de un solo uso. Esta clave podría ser interceptada, pero no sería válida para la siguiente transacción.

Los analistas de seguridad han mencionado varias veces su preocupación por el sistema EMV; sin embargo, en la vida real, aún no se han escuchado casos de hackeo de estas tarjetas. En una implementación estándar, el concepto de seguridad de la tarjeta EMV está basado en la combinación de claves de cifrado y un código PIN introducido por el usuario. En el caso de las transacciones contactless, no siempre es necesario el código PIN, por lo tanto los sistemas de protección están limitados a claves de cifrado generadas por una tarjeta y un terminal.

En teoría, es posible producir un terminal que lea datos de una tarjeta NFC de un bolsillo, pero este terminal personalizado debe emplear claves de cifrado obtenidas desde un banco y un sistema de pago. Las claves son emitidas por la entidad bancaria, por lo que resulta muy fácil investigar e identificar una estafa.

Otra herramienta conta el fraude es la limitación del valor de las transacciones de pagos contactless. Este límite se codifica en los ajustes del TPV, de manera que sea adecuada al banco, basado en recomendaciones obtenidas por los sistemas de pago. En España, a cantidad máxima suele ser 20 euros.

En caso de que el límite se excediera, la transacción se rechazaría o requeriría una prueba de validez adicional, por ejemplo un código PIN o una firma, dependiendo de los ajustes aplicados por el banco emisor. Para prevenir los intentos de cobros continuos de pequeñas cantidades se necesitaría un mecanismo de seguridad adicional.

Este sistema tiene un inconveniente. Hace casi un año, otro equipo de investigadores de la universidad de Newcastle (Reino Unido), informó de la existencia de una vulnerabilidad en el sistema de seguridad de las tarjetas contactless de Visa. Al elegir otra divisa que no fuera la libra, se podía superar el límite. Si el TPV está desconectado de la red, el valor máximo de transacción puede alcanzar hasta 1 millón de euros. Los representantes de Visa negaron la viabilidad de este ataque en la vida real, declarando que una transacción de tal magnitud sería rechazada por los sistemas de seguridad de los bancos.

Aunque la tecnología de pago contactless presupone varias capas de protección, esto no significa que el dinero esté 100% seguro. Muchos elementos de las tarjetas bancarias están basados en tecnologías obsoletas como las bandas magnéticas, la posibilidad de realizar pagos online sin una autenticación adicional, etc., según Kaspersky Lab. En muchos aspectos, la seguridad depende de los ajustes utilizados por las instituciones financieras y por las tiendas online. Éstas, en la búsqueda de la compra rápida, prefieren sacrificar la seguridad del pago por obtener mayores ingresos.



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