La ciberseguridad, una prioridad corporativa y un asunto de Estado en 2023

La ciberseguridad se ha puesto definitivamente en el mapa estratégico de los líderes de cualquier organización, sea esta pública o privada, y de los máximos responsables de los países. Ya hace cinco años, con el impacto mediático que tuvo el incidente Wannacry, saltó a la palestra la importancia de invertir en esta materia, ya no para evitar los ataques, una tarea hercúlea e imposible, sino para minimizar su impacto (en el negocio, la operación, la reputación corporativa…) todo lo posible. Este último año, con la guerra de Ucrania como telón de fondo y una situación geopolítica muy compleja, la ciberseguridad ha vuelto al punto de mira de los responsables empresariales y públicos. No es de extrañar cuando los ataques cibernéticos se han multiplicado y, lo que es peor, cada vez son más sofisticados, profesionales y peligrosos con el auge de las herramientas de inteligencia artificial generativa.

Los datos que incluyen los reportajes del Especial Tendencias Ciberseguridad 2023 que ha elaborado el equipo de CSO son clarividentes: según el informe del Sistema Estadístico de Criminalidad (SEC), en 2021 (el último del que hay cifras oficiales anuales) se registraron en España más de 305.000 delitos informáticos, es decir, más de un 6% más respecto a 2020. Nuestro país es, en volumen, según un reciente estudio de la consultora Deloitte, es el tercero del mundo cuyas empresas reciben más ataques: el 94% de las compañías españolas recibió un incidente de ciberseguridad en el transcurso del último año. No es casualidad que el propio Foro Económico Mundial (FEM) haya incluido por primera vez el cibercrimen en su informe The Global Risk Report, que lista los grandes riesgos que existen a escala global.

La buena noticia, así lo apuntan las firmas de análisis y los propios CISO consultados para la elaboración de este especial, es que los presupuestos que las compañías destinan a ciberseguridad crecerán en 2023 (Canalys prevé un gasto mundial en productos y servicios de ciberseguridad de 223.800 millones de dólares, un 13,2% más que en 2022). Una inversión que irá acompañada de nuevas medidas legislativas impulsadas por el sector público, fundamentalmente por la UE, dirigidas a reforzar la ciberseguridad de la actividad digital de las empresas, como son las normativas NIS2 o DORA, recién aprobadas, y que se aplicarán en los distintos países a partir de 2024.

Sí, el de la seguridad cibernética es un mercado en plena explosión y transformación, con la proliferación de las herramientas de automatización e inteligencia artificial que no solo se aplicarán a los entornos on premise sino al creciente universo cloud. Es también un mercado en auge que está activando el ecosistema emprendedor; como también refleja uno de los artículos de este especial son ya varias y muy relevantes las startups españolas nacidas al calor de estas tecnologías y cuyo futuro es más que prometedor. Es más, mientras que en 2022, la ciberseguridad quedaba octava en el ránking de inversión en startups por sectores, en lo que va de año ha subido hasta la sexta posición, según el Observatorio de Startups de la Fundación Innovación Bankinter. 

No obstante, también es un mercado que debe afrontar desafíos; no solo hacer frente a atacantes cada vez más preparados y con tecnología más sofisticada, fruto de la adopción de la propia inteligencia artificial, sino también afrontar los retos derivados de la propia fragmentación de esta industria y, sobre todo, de la escasez de talento, una lacra del mercado tecnológico en general pero especialmente aguda en este segmento.