Biometría

BIO-key llega a España con el objetivo de redefinir el concepto de biometría en Europa

"Hasta ahora, la autenticación se ha centrado en el dispositivo y no en las personas; proponemos darle la vuelta a la ecuación", asegura Alex Rocha, director de la compañía en Europa.

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La empresa de origen estadounidense BIO-key acaba de aterrizar en España, como su primer enclave geográfico en el continente europeo, con el objetivo de llevar la autenticación biométrica a otro nivel, expandir sus servicios por la región y abrir nuevos mercados, según palabras de Alex Rocha, director de la firma en el Viejo Continente, a CSO. Lo hace tras 25 años de recorrido en Estados Unidos con un porfolio basado en la lectura de la huella dactilar, la palma de la mano, el rostro y, próximamente, la voz. Las estadísticas, además, son positivas para la andadura que acaba de comenzar; varias consultoras estiman que el mercado de las tecnologías biométricas se multiplicará por cuatro hasta superar los 127.000 millones de dólares en 2030.

Preguntado por la razón de la elección de España como el primer pilar de la firma en el continente, Rocha responde que Madrid es un “gran” hub tecnológico por el que apostar. El equipo está ya comprendido por 10 personas –con una red de apoyo de trabajadores de todo el mundo– y el plan de expansión pasa por ganar mercado en zonas estratégicas como Francia, Alemania, Inglaterra, Japón o Dubái; “lugares en los que ya tenemos clientes con una aproximación 100% de canal”, asegura.

Como principales verticales, el directivo, sin descartar sector alguno, mira a la banca, los procesos industriales y la salud. Y, añade, “quiero sumar el sector del call center, con muchas posibilidades para la protección de los trabajadores de TI”.

 

Redefinir la autenticación

Rocha explica que, hasta ahora, la conversación en torno a la autenticación se basa en la identificación de un dispositivo, y no de una persona. “Por ejemplo, a la hora de realizar una transferencia bancaria se pide un número PIN que cualquier persona puede introducir en el teléfono”. De este modo, BIO-key quiere darle la vuelta a la ecuación e identificar a la persona. “Esto es muy relevante cuando hablamos de normativas como el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR, de sus siglas inglesas) o PSD2”, esgrime. “Cuando alguien se identifica con su huella inmediatamente ya lo puede hacer en cualquier dispositivo corporativo con nuestra solución. Somos la única compañía que permite la biometría en los entornos empresariales”.

El directivo se muestra convencido que, tras la pandemia, y con la implantación de modelos híbridos de trabajo, el nuevo perímetro es la identidad. Y esto choca con el ya viejo debate de la perdurabilidad de las contraseñas. “Tenemos que hacer todo lo posible para que dejen de existir porque no son seguras ni cómodas”. Además, hace un balance de su solución en torno al riesgo: “Dependiendo del riesgo, pedimos una autenticación más fuerte o no, algo que es diferencial en nuestra solución”.

 

 



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